Es el tercer felino más grande del mundo, sólo superado en dimensión por el tigre y el león, y posee la mandíbula más poderosa de todos.
En el continente americano es el felino de mayor tamaño. Sin embargo, enfrenta una drástica reducción de su población debido a las actividades humanas.
Su nombre científico es Panthera onca y a lo largo del continente se le conoce comúnmente como: ocelotl en nahuatl, balam en maya, nawel en mapuche, uturunku en quechua, namu en bribri y yaguara en guaraní.
Es una especie paraguas. Si lo protegemos, preservamos a muchas otras especies.
Es nocturno, solitario y territorial. Ronronea como cualquier gato.
Cada una de sus manchas es única, como nuestras huellas dactilares.
Le gusta caminar grandes extensiones de tierra.
Es robusto, de patas cortas y gruesas. Su rol como depredador es fundamental en el balance de las cadenas alimenticias.
El reino del jaguar incluso llega al agua, pues le gusta nadar y bucear.
Estos servicios incluyen la provisión de agua en calidad y cantidad, la generación de oxígeno, la polinización de cultivos, la mitigación del cambio climático y la reducción de riesgos de desastres.
Además, los hábitats del jaguar generan medios de vida sustentables para las comunidades que coexisten con él.
AL SALVAR AL JAGUAR Y SUS HÁBITATS AVANZAMOS EN EL CUMPLIMIENTO DE AL MENOS 11 DE LOS 17 OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE.
ESTO GENERA BENEFICIOS SOCIALES, AMBIENTALES Y ECONÓMICOS.
Por siglos, el jaguar ha sido un poderoso símbolo en las culturas originarias de América.
SOMOS GENTE JAGUAR: DIVERSAS COMUNIDADES INDÍGENAS DE AMÉRICA QUE HABITAN MONTAÑAS, SELVAS, BOSQUES Y DESIERTOS FUNDARON SUS MITOS DE ORIGEN EN TORNO AL JAGUAR, FELINO QUE ADMIRABAN POR SU MAJESTUOSO PORTE Y HABILIDADES FÍSICAS.
EN LAS CULTURAS DE AMÉRICA EL JAGUAR ES SÍMBOLO DE PODER: ES EL REPRESENTANTE DEL SOL, LA ENERGÍA FERTILIZADORA DE LA NATURALEZA Y EL PROTECTOR DE LA SELVA. POSEE EL COLOR DEL FUEGO, EL RUGIDO DEL RAYO Y LAS MANCHAS DE LA LUNA.
SU EXISTENCIA QUEDÓ INMORTALIZADA EN LA COSMOGONÍA DE LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES AMERICANAS. SU PRESENCIA EN CÓDICES, ARQUITECTURA, ESCULTURAS, PINTURAS Y VASIJAS CONFIRMA LA RELEVANCIA DEL FELINO EN BUENA PARTE DEL CONTINENTE.